Durante una emocionante salida pedagógica integral, los estudiantes del grado 5A se embarcaron en un viaje de autoexploración, descubriendo no solo el mundo que los rodea, sino también los matices de sus propias emociones y sensibilidades. Una dinámica de semáforo se convirtió en una herramienta eficaz que no solo les permitió identificar sus sensibilidades individuales, sino que también les enseñó a respetar las de los demás.